viernes, 28 de noviembre de 2014

     Parecía que aquélla lluvia intensa no iba a terminar de caer nunca. Aburría ya mirar por la ventana y tener que limpiar el vaho de los cristales, para poder vislumbrar algo de lo que pasaba en la calle.
     En casa se estaba a gusto porque la chimenea llevaba encendida toda la tarde. Siempre me gustó ese olor característico a madera quemada, a brasa, a rescoldo. 
     Cerré los ojos un instante para evocar imágenes de mi memoria relacionadas con ese olor. Recordé viajes familiares, reuniones con amigos, comidas copiosas, amores, ...
     ¡Cuántas cosas nos vienen a la mente al percibir un simple aroma!
     Me crucé de brazos y lancé un suspiro de resignación. Lo que quedaba de día ya no prometía mucho. No tenía planes para esa noche, ni nada que me apeteciese leer. Quizá acompañar mis paseos nerviosos por el salón con algo de música de fondo.
     Clásica no quería poner porque seguro que, influenciado por el ambiente, me daba por oír piezas demasiado melancólicas. Puede que algo de jazz me viniese bien.
     No tenía ganas de pensar y escogí al azar. También era una forma de sorprenderme a mi mismo.
     Con los primeros compases sentí la necesidad de hacer perfecto aquel momento tomándome una copa de vino.Me serví lo que quedaba de la botella que había abierto para comer.
     Me senté en el amplio sofá, frente al fuego y con la copa entre las manos. La mirada fija en los pedacitos más pequeños de madera incandescente. Sentí una enorme paz en mi interior. Una ausencia total de malas vibraciones. Estiré las piernas sobre la mesa y tomé un sorbo de vino.
     No podía pedir más. Estaba en la casa de mis sueños. Rodeado de todas aquéllas cosas que siempre me habían hecho felíz. Dueño de mi vida. Realizado plenamente en mi profesión. Disfrutando de un momento único.
     No sé por qué diablos las lágrimas asomaron a mis ojos...

1 comentario:

  1. Leyendo tu relato y posteriormente cerrando los ojos, he vivido totalmente todo lo que describes en el......es mas, he sentido el calor de la chimenea, el sabor de ese vino con el borde frío de la copa de cristal y la tristeza de las notas de ese víolin que escuche un día de invierno.......
    Un beso.....cariño....

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