viernes, 20 de julio de 2018

Alma

Fuiste breve
como la espuma que, breve, rompe en la orilla.
Llenaste mi alma
sedienta de promesas...
Vacías.
Al cerrar la puerta lejos de todo,
de todos,
el frío silencio me rodea.
No estás tú.
No está nadie.
Estoy sóla,
como siempre...
Sin alma.
Sin vida.

jueves, 1 de enero de 2015



     Buen resumen de lo esencial....


     He aprendido que no puedo hacer que alguien me ame.
Lo que si puedo es dejarme amar. El resto depende de ellos.
Que sin importar cuanto me preocupe por alguien,
algunas personas simplemente no se preocupan igual por mi.
He aprendido que toma años construir la confianza,
y solo segundos para destruirla.
He aprendido que lo más valioso no es lo que tengo en mi vida
sino a quien tengo en mi vida lo que cuenta.
He aprendido que puedo arreglármelas con encantos por quince minutos.
Después de eso, es mejor que sepa algo.
He aprendido que no es bueno compararme a mi mismo con los demás.
Pues siempre habrá alguien mejor o peor que yo.
He aprendido que Rico no es el que más tiene,
sino el que menos necesita.
He aprendido que no importa lo que me pase,
sino cómo soy capaz de manejarlo.
He aprendido que no importa que tan delgado rebane un pan,
este siempre tendrá dos lados.
He aprendido que es mucho más fácil para mi reaccionar que pensar.
Y que si pensara antes de reaccionar
muchos incidentes penosos se evitarían.
He aprendido que siempre debo dejar a los que amo con palabras de amor.
Puede ser la última vez que los vea.
He aprendido que puedo soportar mucho más de lo que pensaba que podría.
Nunca seré probado más allá de mis propias fuerzas.
He aprendido que soy responsable de lo que hago,
sin importar como me siento.
He aprendido que yo controlo mi actitud,
no mi actitud me controla a mi.
He aprendido sin importar que tan caliente y apasionada es una relación al inicio, la pasión se apagará a veces y será mejor que exista algo mas que pueda llenar su lugar.
He aprendido que los héroes son gente
que hacen lo que se tienen que hacer
cuando era necesario que se haga,
sin importar las consecuencias.
He aprendido que bastan unos pocos segundos
para producir heridas profundas en las personas que amamos;
y que pueden tardar muchos años en ser sanadas.
He aprendido que el perdonar se aprende practicando.
He aprendido que hay gente que me quiere mucho
pero que simplemente no sabe como demostrarlo.
He aprendido que el dinero lo compra todo,
menos la felicidad.
He aprendido que mi mejor amigo y yo podemos hacer algo o nada
y pasar el mayor tiempo juntos.He aprendido
que a veces la gente de la que menos esperaba,
fue la que me ayudó a levantar cuando más lo necesitaba.
He aprendido que a veces cuando estoy molesto tengo derecho de estarlo,
pero eso no me da derecho de complicarles el día a los que me rodean.
He aprendido que la verdadera amistad continúa creciendo
a pesar de grandes distancias,
al igual que el verdadero amor.
He aprendido que solo porque alguien no me quiere
de la manera en que yo lo quiero,
no significa que no me quiera con todo lo que tenga.
He aprendido que la madurez tiene más que ver
con qué tipo de experiencias que he tenido
y qué he aprendido de ellas,
que con cuantos cumpleaños he celebrado.
He aprendido que nunca debo decirle a un amigo
que sus sueños son imposibles o descabellados.
Sino que mientras más grandes sean sus sueños,
mas estímulos necesitará para alcanzarlos.
He aprendido que los grandes sueños no requieren de grandes alas,
sino de tren de aterrizaje para lograrlos.
He aprendido que mi familia siempre estará ahí para mi.
Gente que lleva mi sangre,
me ama y se preocupa más por mi
y me enseña a confiar otra vez en la gente.
He aprendido que amigos de verdad son escasos,
quien ha encontrado uno de ellos,
ha encontrado un verdadero tesoro.
He aprendido que no importa que tan bueno es un amigo,
éste me va a fallar de vez en cuando
y que yo puedo perdonarlo por eso.
He aprendido que no siempre es suficiente
ser perdonado por otros.
Algunas veces, debo perdonarme a mi mismo.
He aprendido que no importa que tan roto esté mi corazón;
el mundo no parará por mi dolor.
He aprendido que mi entorno y las circunstancias pueden haber
influenciado para determinar quien soy yo,
pero yo soy responsable de quien seré.
He aprendido que los problemas grandes, no hay que eludirlos
mientras más rápido los enfrente, más paz encontraré.
He aprendido que algunas veces cuando mis amigos pelean,
estoy forzado a optar por uno de ellos,
a pesar de que no lo quiero hacer.
He aprendido que soy dueño de lo que callo
y esclavo de lo que digo.
He aprendido que lo que siembro cosecho,
si siembro chismes cosecharé intrigas,
si siembro amor cosecharé felicidad.
He aprendido que la verdadera felicidad no es lograr mis metas,
sino aprender a ser feliz con lo que tengo.
He aprendido que la felicidad no es cuestión de suerte,
sino producto de mis decisiones.
Yo decido ser feliz con lo que soy y tengo
o morir de envidia y celos por lo que me falta y carezco.
He aprendido que no sólo porque dos personas no están de acuerdo,
signifique que no se quieran una a la otra.
Y que si lo están, tampoco significa que se quieran.
He aprendido que a veces tengo que empujar
al individuo detrás de sus acciones.
He aprendido que no tengo que cambiar amigos,
si entiendo que los amigos cambian.
He aprendido que no debo estar muy ansioso para descubrir un secreto.
Este puede cambiar mi vida para siempre.
He aprendido que dos personas pueden mirar una misma cosa
y ver algo totalmente diferente.
He aprendido que no importa cuanto trate de proteger a mis niños,
ellos eventualmente serán heridos
y yo heriré en el proceso.
He aprendido que hay muchas maneras de enamorarse
y permanecer enamorado.
y dos para destruir todo lo alcanzado:
La infidelidad y el egoísmo.
He aprendido que sin importar las consecuencias, aquellos que son honestos consigo mismos, llegan lejos en la vida.
He aprendido que los verdaderos amigos son como la sangre,
acuden a la herida sin que nadie los llame.
He aprendido que mi vida puede cambiar en solo unas horas,
por gente que ni siquiera me conoce.
He aprendido que a pesar de que piense que no tengo nada más que dar,
cuando un amigo llora conmigo,
encuentro la fortaleza para vencer mi dolor.
He aprendido que un amigo en el dolor no necesita mis palabras,
tan sólo mi presencia.
He aprendido que escribir, al igual que hablar,
puede ayudar al dolor emocional.He aprendido que el paradigma en el que vivo, no es todo lo que se me ofrece.

He aprendido que las credenciales en mi pared,
no me hacen un ser humano decente.
He aprendido que ningún éxito en la vida,
podrá compensar jamás el fracaso en el hogar.
He aprendido que retener a la fuerza a las personas que amo,
la aleja más rápidamente de mi.
Y el dejarlas ir, las deja para siempre a mi lado.He aprendido
que a pesar que la palabra "amor" pueda tener muchos significados distintos,
esta pierde valor cuando es usada en exceso.
He aprendido que es difícil determinar donde dibujar la línea
entre ser amable y no herir los sentimientos de las personas
y seguir de pié por lo que creo.
He aprendido que amar y querer no son sinónimos sino antónimos;
el querer lo exige todo... el amar lo entrega todo.
He aprendido que no hay amor más grande
que aquel que da la vida por los amigos.
He aprendido que un paso lejos de Dios,
es un paso para mi propia destrucción y que un paso hacia Dios,
es un paso hacia mi propia paz y felicidad.
He aprendido que nunca haría nada tan grande para que Dios me ame más; ni nada tan malo para que me ame menos,
el simplemente me ama, a pesar de mi conducta.He aprendido
que si me enaltezco seré humillado y que si me humillo seré enaltecido.
Y tú qué......, ¿Qué has aprendido de la vida?

miércoles, 31 de diciembre de 2014




     Cada vez que suena la última campanada... pasa lo mismo : griterío, alborozo , risas , llantos , besos ... Una explosión de sentimientos donde se agolpan recuerdos e ilusiones futuras. Un año entero por delante para escribirlo, como un folio en blanco. Buenas intenciones, mejores deseos, cosas por hacer... Todos tenemos dentro esa ansia del estreno.

     Este año que se ha ido, que se ha llevado a personas importantes de nuestra vida, que nos ha dejado huecos imposibles de tapar, que ha barrido de golpe sueños irrealizables,... hace que pongamos nuestro corazón en el que entra ¿qué me traerá?.

     Pues nada más y nada menos, todo aquello que quedó en suspenso un minuto antes, un segundo antes,... Lo que ya estaba en camino, lo que dejamos a medias, ... y también todo aquello que emprendamos o tengamos el valor de realizar.
     El año nuevo traerá todo aquello que nosotros hagamos o, en todo caso, aquello que aún no haciéndolo nosotros, pues hayamos puesto alguna semilla para que se realice. No todo será obra exclusivamente nuestra.

     Y también está el azar, la sorpresa, en definitiva, la vida misma, que juega también sus cartas. 

     Este año he tenido un sólo deseo, un sólo pensamiento. He cerrado los ojos mientras las campanadas sonaban e iba tragando las uvas más pequeñas que encontré (no me gustan). Este es el año de YA ME TOCA SER FELÍZ.

     ¿ Y qué se encierra en ese deseo ? pues muchas cosas. No voy a revelarlas evidentemente. Quizá si el 1 de Enero del 2016 aún esté por aquí....

     ¿ Salud, dinero, amor ? Paz en el alma, serenidad, aceptación, positivismo,... Que no me falte nadie. Seguir teniendo techo, comida y abrigo. El amor de los míos. Tranquilidad, sosiego, buenas experiencias, buenas ideas, buenos amigos.

     Que todo ocupe su espacio, su sitio. Que cada pieza encaje. Que la tensión se relaje. Que la oscuridad desaparezca y entre la luz a raudales. 

     Que mi sonrisa sea una constante y mis ojos brillen más veces. Que pueda dar muchos abrazos y muchos besos. Que sea más natural y más habitual en mi decirle te quiero a las personas que quiero. Dejar mi impronta en ellos y en las cosas que haga, para que si me voy un día, quede mi recuerdo, pero alegre.

     Disfrutar más a menudo de lo que tengo. Valorar el aire que respiro y los amaneceres. Todos ellos. Agradecer cada día que pase explotándolo al máximo, como si no hubiese más oportunidades. Exprimir cada rayo de sol que caliente mi piel y cada gota de lluvia que empape mi pelo. Oler la tierra, el mar, el aire.
Saborear cada trago de agua o de vino.

     Dejar de soñar tanto y actuar más. Ponerme en movimiento. Caminar, caminar, caminar en todos los sentidos.

     En una palabra: VIVIR.

     Y esperar un golpe de suerte porque este año ya me toca. Lo sé. 

     Felíz 2015 ...


sábado, 27 de diciembre de 2014

 





      Probaré a mirarme desde lejos. No decir cuáles son mis sensaciones. Ni siquiera sucumbir al placer de los excesos verbales. Pasar de puntillas por mis recovecos y no entrar en los detalles. Olvidar algunos de mis sentidos. Hacer caso omiso de esas percepciones. Callar a golpe de tecla rápida cualquier intento de contar demasiado de mí. 

     Disfrazar con palabras huecas algunas cosas obvias. Esconder entre comillas todo lo que sé que te asusta. No abusar de los puntos suspensivos para que no se me confunda. Darte el gusto de tener que adivinar por tu cuenta. Ceñirme a las primeras impresiones sin dejar que se transformen en terceras. No cerciorarme, a cada paso, que resulto demasiado transparente.

     Transformar mi normalidad en normalidad extrema. Sentir que fluye todo hacia afuera sin por ello torturarme. No cambiar del blanco al negro o del frío al calor sin  probar los espacios intermedios. Dar cabida a lo que de verdad importa. No tener miedo ni provocarlo. Indagar sin resultar demasiado curiosa. Perderme en lo nuevo que ya era viejo y estar al día. 

     En una palabra... ver con otros ojos, tocar con otras manos, oír con otros oídos, paladear con otra boca y escuchar a través de otros oídos. Ser otra persona. Olvidarme de mi misma. Desaparecer para volver a ser de nuevo. 

viernes, 26 de diciembre de 2014



     Vamos a encontrarnos donde el viento no nos robe las palabras. 
     Donde los ojos se posen en espuma blanca y rumor de olas. 
     Quiero dejar mi cabello a merced del aire y de tus dedos enredados.
     Sentir la sal y tus risas mezcladas con las mías.

     Pasear descalza sintiendo cada grano de arena mojada, allá donde hace un momento lamía el agua el borde de la playa.
     Frío hielo entre los dedos que despiertan la sangre a cada pisada.

     Luz intensa que atraviesa los párpados cerrados y dibuja volutas de colores en el espacio cuando los abro.
     Mano tibia, abrazo largo, caricia de seda que desciende por la espalda.

     Caminas sólo y te veo en la distancia.

     Me entretiene dibujarte mientras te acercas ajeno. Niño que juegas con las caracolas. Pensamientos felices adivino en tu sonrisa. Manos que a mi me rozan y peinan ahora tus cabellos. Ojos dulces que a mi sóla me acojen. Labios que no quisiera que el aire rozara.

     Vamos a encontrarnos medio perdidos en la nada.
     Donde el abrazo nos aleja del mundo y sobran las palabras.
     Quedémonos sólo con la música de las aves, de los vientos y los mares.
     Seamos en este instante un sólo amante.
      
    
     

viernes, 28 de noviembre de 2014

     Parecía que aquélla lluvia intensa no iba a terminar de caer nunca. Aburría ya mirar por la ventana y tener que limpiar el vaho de los cristales, para poder vislumbrar algo de lo que pasaba en la calle.
     En casa se estaba a gusto porque la chimenea llevaba encendida toda la tarde. Siempre me gustó ese olor característico a madera quemada, a brasa, a rescoldo. 
     Cerré los ojos un instante para evocar imágenes de mi memoria relacionadas con ese olor. Recordé viajes familiares, reuniones con amigos, comidas copiosas, amores, ...
     ¡Cuántas cosas nos vienen a la mente al percibir un simple aroma!
     Me crucé de brazos y lancé un suspiro de resignación. Lo que quedaba de día ya no prometía mucho. No tenía planes para esa noche, ni nada que me apeteciese leer. Quizá acompañar mis paseos nerviosos por el salón con algo de música de fondo.
     Clásica no quería poner porque seguro que, influenciado por el ambiente, me daba por oír piezas demasiado melancólicas. Puede que algo de jazz me viniese bien.
     No tenía ganas de pensar y escogí al azar. También era una forma de sorprenderme a mi mismo.
     Con los primeros compases sentí la necesidad de hacer perfecto aquel momento tomándome una copa de vino.Me serví lo que quedaba de la botella que había abierto para comer.
     Me senté en el amplio sofá, frente al fuego y con la copa entre las manos. La mirada fija en los pedacitos más pequeños de madera incandescente. Sentí una enorme paz en mi interior. Una ausencia total de malas vibraciones. Estiré las piernas sobre la mesa y tomé un sorbo de vino.
     No podía pedir más. Estaba en la casa de mis sueños. Rodeado de todas aquéllas cosas que siempre me habían hecho felíz. Dueño de mi vida. Realizado plenamente en mi profesión. Disfrutando de un momento único.
     No sé por qué diablos las lágrimas asomaron a mis ojos...

lunes, 10 de noviembre de 2014

Qué hay en nada...

Que hay en nada



Puede que el aire se la lleve.
Puede que se agarre y no se deje.
Puede que la venza el cansancio.
Puede que no quiera ella. Puede.

Quiere que la quieran,eso quiere.
Quiere que la dejen y la olviden.
Quiere ser la lluvia que te moja.
Quiere ser, no ser...¿qué quiere? 

Partes de sí misma se diluyen.
Otras se quedaron en los gestos.
Sólo la recuerdan unos pocos.
Deja sus miradas y sus versos.